“Pídele a la vida lo que necesitas y devuélvele lo que te da de más”

Hace un frío que pela” eran las palabras que repetía mi mente en bucle un domingo de febrero de 2010. Estaba en la terraza de un bar a las 8.00 antes de un curso que iba a hacer ese día. “Y porqué no estabas tan ricamente dentro del bar con la calefaccion?”, me preguntaréis.. Pues porque en esa época aún fumaba y quería hacer mi cigarrito antes de entrar. Así que, con guantes y bufanda, tiritando, pero ahí estaba yo, desafiando al viento gélido de primera hora de la mañana. Por fumar mi cigarrito.

De repente me sobresaltó una voz: “me da un euro para un cafe, por favor?” Por el rabillo del ojo vi a un hombre de mediana edad, no muy bien vestido, parecía sobrio. En aquella época normalmente no daba dinero a las personas que pedían, pero ese día, con el frío que hacía, entendí perfectamente que quisiera hacer un café bien caliente. Así que le di un euro y 20 céntimos.

El señor me dijo “muchas gracias” y me devolvió los veinte céntimos. Yo le dije, “coja, coja los veinte céntimos, que acabo de pagar y es lo que vale”. Sin cogerme el dinero que le tendía de nuevo, me respondió: “no hace falta, yo tomó el café en un bar un poco más abajo y allí vale un euro” … y se fue …

Me quedé con los veinte céntimos en la mano, mirando alternativamente al señor y al dinero. Había conseguido sorprenderme.

No recuerdo si ya lo pensé entonces o si fue días mas tarde cuando aún de tanto en tanto me venía la imagen del señor alejándose calle abajo, pero en algún momento tuve claro que ese extraño me había enseñado una valiosa leccion: pídele a la vida lo que necesitas y devuélvele lo que te da de mas.

Y eso intento hacer desde entonces. Epimeleia, de hecho, nace de esa idea.

La generosidad forma parte de la naturaleza humana, incluso en sociedades, como la nuestra, que no la promueven especialmente.

«En el budismo en cambio es un elemento clave. Dāna es una palabra pali que, aunque normalmente traducimos como generosidad. significa “donativo”; de hecho viene de la misma raíz indoeuropea. En el budismo del sur de Asia se utiliza para referirse al sistema que ha mantenido vivas y transmitido las enseñanzas durante siglos. Aún hoy, muchos monasterios y centros de meditación no tienen ninguna tarifa para la estancia o los cursos y se mantienen gracias a la generosidad de los laicos de la zona y de los asistentes, que siempre tienen la posibilidad de hacer donativos para que el centro pueda seguir ofreciendo el dharma en el mismo espíritu.

En occidente, algunos maestros y tradiciones siguen este modelo o la adaptan: eventos libres, precios para cubrir gastos, modelos de tarifas múltiples (estándar, reducida, solidaria), becas para gente en dificultades, etc. Todos estos sistemas intentan suavizar o eliminar la barrera económica y, a la vez, sirven para cultivar la generosidad, una virtud bastante olvidada en el modelo económico actual. En este sentido, se sustituye el paradigma de ‘proveedores de un servicio’ / ‘consumidores’ por uno de comunidad, que se une para hacer posible un evento como un retiro o taller de meditación, apoyando a quien ofrece instrucciones e, indirectamente, a quien tiene menos recursos.

También pasamos a formar parte de una cadena de generosidad: a menudo organizar una actividad y cubrir los gastos es posible gracias a las contribuciones de personas en el pasado, personas que quizás no conocemos. Con las contribuciones presentes hacemos posibles eventos futuros que podrán beneficiar a otros (¡o a nosotros mismos!). Toma lo que necesitas, da lo que puedas.» Párrafo de dharma.cat

O, como me enseño el sr del café: “pídele a la vida lo que necesitas y devuélvele lo que te da de más”

PAYPAL

En Star trek no hay dinero. No sé si nunca conseguiremos una sociedad igual. Me gustaría. Entretanto, Si te gusta el contenido de la web y quieres colaborar, puedes hacerlo a través de paypal.

2 comentarios sobre ““Pídele a la vida lo que necesitas y devuélvele lo que te da de más”

Deja un comentario