Cuento. El alienígena

Las cámaras criogénicas empezaron a abrirse. Situadas de forma simétrica, ocupaban toda la sala, como ataúdes en un cementerio. Kreb salió de la suya aturdido. El viaje intergaláctico había durado años. A su alrededor, varios compañeros contorsionaban sus cuerpos desnudos, intentando recuperar la movilidad. El mensaje  de la capitana de la nave les sobresaltó: