Vampiros, nieve, impermanencia y dharma.

Ya. ¿Que hacen todas estas palabras en un mismo título?, me preguntareis. Pues no estoy del todo segura; quizás describir mi vida y mi estado emocional ahora mismo.

Empecé a ver “Buffy, the vampire slayer” en el año 2000, al empezar a trabajar. No veía la television desde 2016 pero este año rompí la costumbre al saber que amazon prime volvía a emitirla.

Hoy, sabado 9 de enero he visto el último episodio … de nuevo. Lo he visto en casa, mientras cae la mayor nevada de los últimos años en Madrid.

Esta mañana he dado la primera sesión del curso CEB: eudaimonia, el tema y lo que siento; el training lo hice en 2016 durante cinco semanas en un monasterio budista de Pedreguer, cuando Trump ganó las elecciones: 9 de noviembre 2016.

Elecciones que ha perdido este año, Senado incluido. En el año 2000 empecé a trabajar en Caixabank, como trader de FX options desde 2001, este año, en noviembre de 2020 aunque no el 9 sino el 2, lo he dejado, para pasar ser analista de crédito. Veinte años, invertidos, ¿quizas perdidos? A veces dudo de si hay un verbo adecuado. Esta mañana he visto una alternativa …

Supongo que Buffy tocó diferentes teclas de mi generación, al menos entre algunos, de ahí el éxito que tuvo … desde luego tocó las mías …

Todos los personajes tienen y muestran su lado oscuro, la sombra, la que nos acompaña también a cada uno de nosotros, aunque a veces pretendamos ocultarla. Quizás de ahí su exito. También quizás por su capacidad de luchar contra los demonios que nos asaltan en la oscuridad, esos que a veces desearíamos que fueran corporeos ¿verdad? Para poder golpearles … sobretodo con la fuerza de una cazadora.

¡2020 ha sido un año que recordaremos! Y ojala pudiera añadir con convicción que olvidaremos.

Pero ¿qué os quiero decir con todo esto?

No estoy segura … hoy es como si acabara un ciclo, sólo para empezar otro seguramente, pero he tenido esta sensación …

No estoy segura … quizás sólo compartir lo que siento …

porque … ¿qué ruido hace un arbol al caer sino hay oido que lo escuche?

Hoy una amiga (gràcies Elvira) me ha enviado este poema:

Alza tu mirada
a los copos de nieve
que flotan hacia abajo

Son repatriados

Han habitado esta tierra
antes que tú y yo
Son nuestros ancestros, hermanos,
compañeros de tiempo y espacio.
Luego fueron arena, viento, estrellas.
Han descansado, ondeado, tremolado.

Quizás conocimos
incluso a unos cuantos.
Convivimos con ellos
en común acuerdo – amargo –
pero, tantas veces,
también en desacuerdo.

Ahora se convirtieron
en nubes
y se repatrían hechos nieve

Ausculta el interior,
lo que cruje
es susurro
para ti o para mí.

Baja la voz,
ellos también lo hacen,
temen despertarnos
del sueño
que se llama
vida.

Galsan Tschinag

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